
Sea nueva o usada, en arriendo o propia, al momento de recibir una vivienda hay que evaluar varios aspectos para evitar sorpresas ‘después de’.
Inicialmente, Víctor Bello Mejía, director Comercial de la inmobiliaria Bozzimbett, recomienda realizar una inspección física de la propiedad. Esto significa hacer un inventario del estado en el que se recibe, lo que –por ejemplo– obliga a verificar que puertas y ventanas abran y cierren correctamente.
El directivo también resalta la importancia de revisar los sistemas hidráulicos y eléctricos, y averiguar en las empresas de servicios públicos que la propiedad no presente deudas por ningún concepto.
“Igualmente, es fundamental observar el estado de la pintura y que el inmueble no tenga problemas de humedad, ya que a futuro esto puede significar un problema más grave y afectar la estructura y, claro, el bolsillo del comprador”, anota Bello, quien agrega que también se debe observar el estado de los pisos, es decir, que no tengan fisuras, pizcas de pintura o grietas.
Del mismo modo, en el caso de ser en arriendo, Bello expresa que “la revisión debe ser minuciosa, para que al momento de entregar el inmueble, el propietario o la agencia arrendadora no generen cobros adicionales por trabajos, daños o problemas que no fueron ocasionados por el inquilino”, señala Bello.
Es importante comprobar el correcto funcionamiento y la instalación de los servicios de agua, luz y gas natural.